sábado, 6 de noviembre de 2010

(Artículo escrito en octubre de 2002)
OSVALDO BAYER EN LANUS
Un analgésico para el alma


El historiador y periodista Osvaldo Bayer diò una charla el viernes 27 de setiembre en el Club Social Peretz.
   Bayer fuè convocado por la Casa de la Amistad Argentino Cubana de Lanùs,  con el auspicio de distintas organizaciones sociales y políticas. El tema principal del encuentro era la conmemoración de los sucesos de la Patagonia Trágica, relatados magistralmente por el historiador en varios tomos, pero el evento se trasformò en un mosaico de actualidad e historia, desgraciadamente con poco tiempo para el debate, según algunos asistentes.

Del merendero a màs


   Bayer arrancò con una primicia, leyendo la contratapa que serìa publicada al dìa siguiente en Pàgina/12. Contò la historia del merendero armado por la  asamblea Vecinal de Belgrano en el ex Liceo de Señoritas Nº10, lugar que fuera residencia de la familia Mansilla.
   Una historia de solidaridad atacada por los intolerantes de siempre y sus medios afines, quienes la tildaron de “subversión”, y su final con el merendero que serà tambièn centro cultural y una fiesta popular para el domingo siguiente lograron la satisfacción de los presentes y el piè para volver atràs en el tiempo.
  

La democracia débil y el debate postergado


   Anunciada como 86 años de democracia argentina, contando desde la ley Saenz Peña, Bayer iniciò una crónica graciosa y tapizada de anécdotas sobre todo ese perìodo, destacando a los dos ùnicos partidos populistas (Radicales y Peronistas) y la falla general de los gobiernos democráticos para impedir nuevas dictaduras: “Ni siquiera el escritor colombiano (Garcia Marquez), con su realismo mágico, podría haber imaginado un final de presidencia como el de Irigoyen o Peròn”, señalò Bayer  con respecto a las huidas de los presidentes democráticos en Argentina, llegando a valorar el adelanto tecnológico con el ultimo escape de De la Rùa en helicóptero.
   La fina ironía desplegada por el escritor en el racconto democrático, con las risas y reflexiones del pùblico, diò paso a la seriedad cuando contò lo padecido durante la filmaciòn de La Patagonia Rebelde, película basada en su obra, y apodada por el autor como un “cuento de pago chico” sobre los sucesos del sur en los años ’20.
   Osvaldo Bayer recordò que luego del estreno de la película, discutida por el pùblico, premiada internacionalmente y prohibida por Isabel Peròn, propuso realizar un debate entre historiadores sobre aquel evento, un desafìo al que nadie respondió. Y el paralelismo con el año 1983 no se hizo esperar: “Creìamos que en ese momento habrìa una revisión absoluta, general, de lo que pasò; algo parecido a lo de Alemania luego de la Segunda Guerra”, dijo refiriéndose a la recuperación democrática en Argentina.
   La negativa de Alfonsìn a la comisión bicameral y los “notables” de la Conadep que sòlo tomaron denuncias sufrieron el contrapunto puesto por Bayer con la Alemania de posguerra, que logrò la disolución de la centenaria y tradicional Wehrmacht y la creación de la Bundeswehr, fuerza armada dependiente del Parlamento. La obediencia debida versus el juicio de Auschwitz y los 20.000 soldados alemanes fusilados por desobedecer al genocidio nazi. Del mismo modo Bayer contrapunteò la falta de un acto de arrepentimiento de algún jefe radical en la Patagonia con la oración del premier Willy Brandt en el monumento al Holocausto.
   “Pareciera que siempre hay un arreglo político para que no se revisen las dictaduras”, sentenciò el orador.


Represión inverosímil y movimientos sin candidatos


   El auditorio formado en el Club Peretz ya se estaba acostumbrando a la reflexión històrica; con un Osvaldo Bayer mesàndose la barba y mirando al techo para enseguida bajar la mirada y seguir nutriendo de Historia al presente en cuestión de segundos.
   La referencia a la Semana Trágica de 1919, con sus 600 muertos según los diarios y 1200 segùn el embajador norteamericano de entonces, con una “represión inverosímil” autorizada por un presidente popular y su final con el logro de la jornada laboral de ocho horas por parte de los obreros; estos sin líderes ni figuras, y unidos a pesar de sus distintos orígenes e idiomas, fué el correlato para destacar la importancia de las Asambleas Populares surgidas a partir de diciembre del 2001 como “movimientos sin candidatos”, que resuelven problemas de la vida diaria.
   Luego de un análisis sobre los referentes electorales màs progresistas, con un Luis Zamora sòlo con consenso en Capital Federal y una Elisa Carriò que no podría soportar la presión de gobierno en las condiciones actuales, y tras referirse a una posible reforma constitucional con participación de las Asambleas, Bayer dedicò el tramo final de su charla a las empresas recuperadas por sus trabajadores, con los ejemplos de cerámica Zanon, textiles Brukman y supermercados Tigre, de Rosario. Sobre esta ultimo con el trabajo conjunto de cooperativas agrícolas de la zona y el apoyo de la gente que vacìa sus góndolas. Y destacò, como si quisiera conquistar al bello sexo, la participación femenina en esos movimientos, con reuniones horizontales donde se decide y se aprende.
   “Esas asambleas me hacen acordar a los primeros años del siglo 20”, dijo un Osvaldo Bayer esperanzado.


Finale presto


   Un admirador entusiasta dedicò al orador una poesìa, referida a las torres gemelas y el padecimiento de Latinoamérica, lo que quitò tiempo al debate e impulsò a contestar rápidamente las preguntas de algunos asistentes. Entre ellos, alguno se quejò por eso pero aclarando que era muy edificante contar con semejante presencia: “Si es Bayer, es bueno”.
   Hubo libros para firmar, y otros para regalar; y la sensación de que los argentinos tienen una historia para revisar y no cometer en el presente los errores del pasado, porque el futuro empieza cada segundo.

                                                                                    GJG, oct 2002

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